El claustro de El Carmen de Lorca recupera su crujía norte para albergar el Museo del Vía Crucis.
La crujía norte del claustro del antiguo convento de El Carmen ha recuperado los siete arcos y bóvedas de ladrillo cerámico y mortero de cal que tuvo en su origen para albergar el Museo del Vía Crucis, del Paso Morado. Las obras de consolidación de la estructura del edificio del siglo XVIII, de fachadas y cubiertas han entrado en la recta final y estarán concluidas en diciembre, confirmó a LA VERDAD el gerente de la empresa Lorquimur, que ejecuta los trabajos, Ginés Méndez.
El proyecto incluye también la rehabilitación de la crujía este, de propiedad privada, que está reservada para uso terciario. La propiedad, la mercantil Claustro de El Carmen SL, participada de forma mayoritaria por el Grupo Andamur, tiene previsto abrir un hotel de cuatro estrellas con 50 habitaciones y restaurante para 180 comensales y busca inversores para su puesta en marcha. La recuperación del conjunto ha requerido una inversión de 1,3 millones de euros, de los que 750.000 proceden de los fondos del Plan Director para la Recuperación del Patrimonio de Lorca tras los Terremotos
La zona del claustro adosada al templo carmelita resultó dañada por los terremotos de 2011 y colapsó a consecuencia de las fuertes lluvias de septiembre de 2012, por lo que se ha tenido que reconstruir casi en su totalidad. Cuando finalicen las obras, el Ayuntamiento la cederá a la cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, Paso Morado, para crear el Museo del Vía Crucis, confirmó la concejal de Cultura, Ángeles Mazuecos.
Este ala del claustro está formada por dos plantas de 85 metros cuadrados cada una y la empresa constructora la entregará compartimentada para el nuevo uso. El Paso Morado tendrá que hacer frente a los 150.000 euros que, prevé, costará musealizar la edificación y solicitará subvenciones a la Comunidad Autónoma y al Ayuntamiento para poder dar contenido al nuevo espacio, que podría abrir sus puertas en la Semana Santa de 2023, dijo a LA VERDAD el presidente de la cofradía, Ángel Latorre.
Labor divulgativa
Explicó que la planta baja se destinará al museo para divulgar la historia del Vía Crucis y la tradición oral de los rezos. Será interactivo para «hacerlo atractivo», porque «nuestro objetivo es que no se pierda este rito, que está declarado Bien de Interés Cultural, tal y como lo conocemos». La media de edad de los rezaores es «bastante alta y tememos que en una o dos generaciones desaparezca la tradición. Nuestra obligación es protegerla». Según el presidente, la primera planta estará reservada para la Hermandad del Cristo del Socorro, custodia de El Calvario, que dispondrá de una sala de juntas y de otra zona para guardar su vestuario y enseres.
Latorre explicó, además, que las obras de ampliación de la casa-museo del Paso Morado, que duplicará su espacio, están «bastante avanzadas» y confió en poder inaugurarlo también en 2023. «La pandemia nos está condicionando mucho», para poder terminar este proyecto, lamentó.